Para los niños que comienzan en el mundo del Ballet, incorporar al final de la clase un pequeño trabajo de improvisación resulta de gran beneficio en su formación de bailarines.
Trazar una pequeña historia y sugerirles que lo interpreten sólo con tres reglas:
no hablar - utilizar sólo gestos - hacerlo con música
Se sorprenderán !
Con ello vamos introduciendo en forma gradual, la dramaturgia en la danza, logrando así que nuestros bailarines espontáneamente incorporen elementos propios al Ballet
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